sábado, 9 de junio de 2007

SANGRE VERDE, PORQUE SIEMPRE HUBO CLASES Y CLASES

Ver para creer. Y si me lo creo, es porque no es el día de los inocentes y porque la noticia aparece publicada en un conocido periódico. Pero lo cierto, es que estoy alucinada. Resulta que, gracias a una curiosa enfermedad con el impronunciable nombre de sulfahemoglobinemia, un canadiense se ha puesto la sangre de color verde. Sí, sí, verde. Ni roja como el común de los mortales ni azul como la de la nobleza. En cuestiones de "fashion sangre", el color de moda es el verde oscuro.
La buena noticia para los fashion victims, es que lograr semejante tonalidad es relativamente fácil. Todo lo que hay que hacer, es entregarse a la ingesta impulsiva e hiperbólica de un medicamento utilizado para tratar casos severos de cefaleas o migrañas. Entonces surge la magia y un átomo de azufre se une a la molécula de la hemoglobina. ¡Qué bonito es el amor átomo-molecular! ¿Algún fashion victim se atreve a probarlo?

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