miércoles, 23 de diciembre de 2009

¡FELICES FIESTAS!

¡Pues acá estamos un año más! Empezando con la dieta y pasando un poco de hambre para hacer hueco a las toneladas de comida que cocinan nuestras madres en su afán por alimentarnos y añadir unas carnes a nuestra anatomía. Pero bueno, si dejamos de lado ese pequeño inconveniente que supone el ensanchamiento del michelín, nos quedamos con lo bonito de la Navidad: las timbas caseras ilegales, el alcohol y los Reyes Magos.

A los que les haya tocado la lotería, (no es mi caso), enhorabuena, pero espero que no me lo contéis hasta pasados unos días. Ahora estoy "ligeramente" resentida y no podría compartir vuestra alegría.

En fin, voy a dejar de hablar por hablar y voy al grano. Si os escribo, es para desearos unas Felices Fiestas, que los Reyes Magos sean generosos con vosotros y que 2010 os proporcione lo que deseéis: 5 hijos, maridos, divorcios, el móvil de última generación, la TDT...
Yo por mi parte, le pido la lotería que el 2009 me negó, porque aunque el dinero no da la felicidad, ayuda a obtenerla.

martes, 8 de diciembre de 2009

HAMBRE

O yo cada día entiendo menos a la humanidad y a los gilipollas que pueblan el planeta, o definitivamente, soy un alien y aún no me enterado.
Resulta, que dos de los concursantes de la versión inglesa del "Supervivientes", apremiados por la hambruna decidieron cazar y comerse una rata. (Sí, efectivamente hay que tener un buen estómago para decidirte a degustar tan dudoso manjar. Pero el hambre, es el hambre). Hasta ahí el asunto sólo es asquerosito. La complicación aparece cuando los dos sujetos pasan de supervivientes, a imputados por un caso de crueldad con los animales.
¡¿Qué qué?!

No, no se me espanten porque para la filial de la Sociedad para la Prevención de la Crueldad hacia los Animales de Nueva Gales del Sur, Australia, (sitio donde se graba el reality), comerse una rata en un reality que se emite antes unos cuantos miles de espectadores, es un delito gravísimo.
Así que ahí andan los dos pobres desgraciados metidos en un tremendo lío legal con dimensiones internacionales, a lo que hay que añadir la mala digestión.