lunes, 20 de mayo de 2013

COMO ARRUINAR EL GLAMOUR DEL CINE

Obviamente, para nadie es un secreto que ir al cine en los tiempos que corren, es casi como darse un capricho. Ese bendito rato en el que los problemas de los demás son más importantes que los tuyos y en el que, gracias a algún caritativo guionista,puedes echarte unas risas que aporten alguna de esas -inas de la felicidad, debería santificarse y estar exento de IVA. Pero como las utopías murieron hace ya tiempo, al menos creo que los espectadores tendríamos el derecho a no sufrir la jodida publicidad. ¡Por todos los renacuajos, he pagado 7,90€ para tragarme anuncios que evito ver en el sofá de mi casa! Por mí, le puede ir dando tila fría a las compañías de teléfono, los refrescos y demás pelmas. Y lo único próximo que quiero ver a un anuncio publicitario son los trailers de los próximos estrenos.
¿Alguien sabe dónde se puede reclamar?

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