domingo, 30 de agosto de 2009

LA VUELTA AL...

Como los niños al colegio, los coleccionables y las nuevas temporadas de las series de televisión, acá estoy otra vez meses más tarde. Y es que septiembre tiene bastante en común con el día de Año Nuevo. El tiempo empieza de nuevo a correr y uno se hace nuevos propósitos. Los míos son pequeños. El más inmediato es operarme la vista. El día en que tiraré a la basura mis lentillas y gafas está a la vuelta del martes porque este mismo miércoles, servidora pasará, por segunda vez en su vida, por quirófano. Os voy a ahorrar el drama y diré simplemente, que no me gustan los hospitales, los médicos y los quirófanos fuera de una pantalla de TV. La razón es obvia: los médicos de verdad son mil veces más feos que los de la TV.
Para compensar el mal rato, mis noches de insomnio y mis pesadillas con ojos cortados al más puro estilo Buñuel, me voy a ir de vacaciones. Tras dos años de ejercer como adicta al trabajo, me tomaré 10 días para no hacer nada más que pasear como una turista del montón. El sitio elegido, Andalucía y la excusa, acompañar a una de mis mejores amiga en el desquite de su damnificación sentimental.
De cómo me ha ido el verano, pues que queréis que os diga, siempre me parece demasiado breve y es que cuando uno se divierte, el tiempo vuela.