jueves, 3 de junio de 2010

LA BICICLETA

¿Qué hacer una tarde de sábado con un sol de justicia y 20ºC a la sombra? La respuesta obvia sería agarrar tu set de playa y disponerte a pasar la tarde tirada en la arena tostándote y refrescándote, de vez en cuando, en las todavía un poco frescas aguas del Cantábrico. ¡¿Pero qué le voy a hacer? ¡Soy un ser atípico! En vez de eso, a mí me da por acompañar a mi hermana al centro comercial de turno a comprarse una bicicleta.
A diferencia de mi madre, que usa su vena dictatorial, mi hermana recurre al descarado chantaje emocional. Me conoce hace tantos años, que decirle que no, es algo que entra pocas veces en mi vocabulario. Lo que no sé, es cómo todavía me dejo engañar cuando me dice que, en esta ocasión, la vuelta no nos llevará más media hora. Siempre caigo como una boba.
Para comprar una bici, lo normal es indagar las prestaciones, decidir cuál te gusta y se ajusta a tu presupuesto, probarla y llevártela. Una operación sencilla que puede llevar una media hora, o a lo sumo, tres cuartos de hora. JA, JA, JA. A mi hermana le llevó hora y media decidir entre cuatro modelos con un calor de justicia porque los responsables del centro comercial no habían puesto el aire (cosas de la crisis, supongo). Lo único que tenía claro era que la quería desmontable. Y eso ya era un gran paso porque no quiero ni imaginar, lo que hubiese acontecido si hubiese habido más cantidad para ver.
¿Qué pasó? Pues que desmontó las cuatro y se paseó en las cuatro por los pasillos del supermercado mientras sorteaba compradores con carritos. Cuando ya se decidió por una, tras asar a preguntas al pobre dependiente pariente del Santo Job, salimos y llegamos al coche para descubrir que no es capaz de desmontar la dichosa bicicleta. Así que otra vez para dentro al mostrador de reclamaciones. Tras 10 minutos de espera, apareció otra vez el mismo dependiente que nos atendió y tras sudar la gota gorda tratando, infructuosamente, de desmontarla, concluyó que lo mejor era cambiarla.
Vive Dios, que se me han quitado las ganas de volver a ver una bici ni en pintura. Y que espero rencorosamente, el día que mi hermana deje de usarla para echarla en cara el trajín que nos costó que se comprase su "Cenicienta" (así ha llamado a la bici).

14 comentarios:

amigo de TataLili dijo...

"CENICIENTA"??? como me gustaria saber el porqué de ese nombre, si es posible publicarlo claro!! y sinceramente querida, aunque tu adorable hermana recurra al bochornoso chantaje emocional, tu, que a estas alturas, ya deberias tener el antidoto para el mismo... deberias de saber salirte por la tangente o mejor dicho con la imaginacion que tienes, haber encontrado una excusa perfecta o medio perfecta para escaquearte suave o descaradamente, lo que te pasa es que sabes que a pesar de lo resuelta que es la "niña" y de que ya tenia la mayor parte de la decision tomada(que fuera plegable) sabes que te necesita... sobretodo para algo tan importante como es una tarea tecnica-ciclista como esta!;-) animo y cuando la deje apartada, a parte de encararselo... cogela tu, que duele mas!! jejeje

Alegoria dijo...

Amigo de Tata Lili, de verdad que yo trataría de salirme por peteneras, pero es que luego me entran remordimientos de conciencia y pienso que soy la peor hermana del mundo. Y mi querida hermana no se merece eso.

Lo de Cenicienta viene por el precio. Si la comparamos con lo que cuestan las bicis plegables, Cenicienta es una ganga. La hermana pobre y zarrapastrosa de la bicicletas plegables. Cosas de mi hermana, ya sabes. Jajajaja

Anónimo dijo...

ajajaja de verdad q tu historia suena a episodio de reality show HOY EN LAS AVENTURAS DE ALEGORIA VEREMOS "CENICIENTA" JAJAJA Q DIVERTIDO

Alegoria dijo...

Es cierto, Anónimo, a veces imagino que estoy en medio de un reality de con cámara oculta y que de repente, salen detrás de las cámaras y yo respiro aliviada. Mientras, no me queda nada más que no tomarme demasiado en serio.

marsalada dijo...

Rosa, pero si tu harías eso por tu hermana y mucho más. Lo que pasa es que no sabías donde te metías, y es que comprar una bici no es como comprar un juguete, no señor. Yo también tengo un bicicleta plegable, "Pegasita" (como Pegaso, el dios alado, pero en modesto) y es importante elegir una con la que te sientas cómoda, es parecido a comprar unos zapatos. Por cierto, esto me recuerda a cuando alguién nos hizo patearnos todo Santander a la carrera en busca de unos zapatos para una cena que era esa misma noche (esto lo digo sin acritud, desde el cariño). Y como soy buena amiga debo advertirte algo: Rosa, tu periplo por los centros comerciales con tu hermana no ha terminado. Tarde o temprano querrá una cesta, o luces o un timbre para la bici o una funda con almohadilla para el sillín (esto lo recomiendo fervientemente porque al cabo de media hora en bici se te queda el culete sin sentido y sin sensibilidad). Lo mejor en estos casos es unirte al enemigo, cómprate otra Cenicienta y sal a pasear con tu hermana como Desi y Bea en Verano Azul. Yo y Pegasita nos uniríamos a vosotras en cantadas.

Anónimo dijo...

Éste post es para ver si finalmente tu hermana se digna a entrar en tu blog y dejar algún comentario? Jajajaja.
Respecto a Cenicienta, lo único que puedo decir es que no me gustaría ser tu hermana cuando Mr. Brompton aparezca para ponerle pegas... (Para los neófitos en tema bicis aclararé que las Brompton son las reinas de las plegables, y que muchos conocemos a cierta persona que tiene una auténtica relación de amor con la suya...)

TataLili

Angie dijo...

Ay!!! Ya os veo pedaleando por las tierras colindantes a Villa Polilla este verano!!

Siempre me ha gustado la palabra "colindante", aprovecho esta oportunidad que me brindas para utilizarla!! ;-)

Alegoria dijo...

Marsalada, no veo recreando "Verano Azul". Y sí, ya sabes lo que pasa "díme de lo que presumes y te diré de lo que careces"

Alegoria dijo...

Jajaja... Tata Lili, Mr. Brompton se va a cebar. Ambas lo sabemos.
Y ya veremos si se digna la aludida a presentar su alegato defensor.

Alegoria dijo...

Peque Angie, mi bicicleta debe estar fosilizada a estas alturas. Así que yo no me veo paseando por los lugares colindantes a Villa Polilla.

Anónimo dijo...

Un candado triple y una cadena gorda gorda gorda!!!! IM-PRES-CIN-DI-BLEEEEE!

Anónimo dijo...

Yo pienso auto regalarme una Bromptom en cuanto cobre la extra, que lo sepas!!
(Además, la bici es uno de los accesorios más sexy para las chicas.)

Alegoria dijo...

Anónimo, Cenicienta no duerme en la calle al alcance de cualquiera.

Alegoria dijo...

Enigmala, no me sorprende. Ya sabemos como eres cuando se te mete algo entre ceja y ceja. jajaja