lunes, 20 de octubre de 2008

EL RETORNO DE TÍA PILI

Tía Pili me telefoneó esta mañana al trabajo, justo cuando más gente había.

-¡Hola, hijina! ¿Te cojo en mal momento?
- Pues sí, tía. Lo cierto es que la tienda está llena de gente.
- Ah, bueno. No te preocupes. Lo mío es breve. Que esperen un poco.

Pongo cara de resignación mientras hago equilibrios para meter un pan en la bolsa, sostener el teléfono y comprender por señas lo que me pide el siguiente cliente.

- Pues verás, es que ya tengo tu regalo de cumpleaños.
- Tía, mi cumpleaños es el mes que viene.
- Bueno y qué. Treinta días de diferencia arriba o abajo no opacan el hecho de que se te pasa el arroz.
- Mira tía, ¿por qué no me llamas luego y hablamos? (Me aterroriza la idea de que cumpla su amenaza de inscribirme en una agencia matrimonial).

Las mamás empiezan a mirar impacientes sus relojes. La hora de recoger a sus retoños a la salida del colegio les respira en la nuca.

- ¡NI SE TE OCURRA COLGARME! Por supuesto, semejante alarido es escuchado por toda la parroquia, que empieza a dejarse seducir por la llamada del cotilleo.
- No tía, te juro que no tenía la intención.
- Vale. Voy al grano. El caso es que no me he animado a inscribirte en la agencia (respiro aliviada) porque ya sé que no te gusta la idea. Así que he decidido darte una última oportunidad y te he hecho una cita con mi pitonisa.
- ¿Con tu qué?
- Sí, eso, con mi pitonisa. Si ella te dice que te vas a echar un novio pronto, pues no te inscribo. Pero si para Reyes no tienes un enamorado, te apunto en la agencia. Ya tengo los formularios.

Para estas alturas yo había mutado del blanco cadáver al rojo tomate mientras gotas de sudor frío se deslizaban por mi espalda.
- Mañana a las 5. Pasa por mi a las 4:30.

Y yo a obedecer. A veces es mejor seguirla la corriente.

1 comentario:

Mercy dijo...

Mis predicciones nunca funcionaron (las que yo hice para ti) deseo saber en qué para todo esto...