viernes, 26 de diciembre de 2008

¡SOBRAS!

Soy de esas personas a las que en general, le gusta la Navidad. De hecho, lo que no me gusta de ella, es la comida. Y todo gracias a la manía que tiene mi señora madre de cocinar para medio planeta. Pollo, caracoles, almejas, langostinos, pescado en salsa, jamón, anchoas y patés varios han acabado con mi buena salud digestiva. Mi estómago protesta y grita como un condenado. Pero tratándose de mi madre y la limpieza de tarteras no hay pero que valga. Así que habrá que reunir valor y afrontar los próximos 5 días de sobras. Menos mal que se inventó el orujo.

1 comentario:

Mercy dijo...

Por este lado del charco sucede el mismo fenomeno, sólo que la cuestión culinaria es diferente, pero durante una semana completa, después de las mencionadas festividades, hay que dedicarse a eliminar los restos de comida hasta que no veamos nada dentro del sarten...