lunes, 9 de agosto de 2010

EL TORO




La relación entre el ser humano y los animales es muy distinta si te crías en la ciudad o en el campo. Comprendo perfectamente, que a los chicos de ciudad, un filete les resulte tan anónimo como un mail enviado por error por un desconocido. Sin embargo, para mí, como nena criada en el campo, el filete siempre tiene un nombre, pues crecí conociendo al animal que tiempo después aterrizaba en mi estómago tras hacer escala en mi plato. Con algunos de ellos tenía vínculos especialmente sentimentales, como fue el caso de algún que otro potro. Pero la primera enseñanza que recibí de la relación entre animales y hombres, es que el animal siempre está al servicio de hombre. Los gatos cazaban ratones, los perros arreaban ganado, las vacas proporcionaban leche y carne, los caballos, además de servir como medio de transporte, daban carne y así, sucesivamente con el resto. Por ello, había que tratarlos bien, darlos una buena vida y despacharlos sin remilgos cuando ya no servían.
Así que, cuando escucho a los defensores de los animales hacer campaña a favor de la prohibición de las corridas de toros (por cierto, ¿por qué no se incluyen otros festejos taurinos?), se me ponen los pelos como escarpias. Primero, porque no me mola nada eso de que el Estado ande prohibiendo alegremente por ahí cuanto se le antoja (tabaco, botellón, fiestas en la playa, toros...) y segundo, porque me asalta la premonición de la extinción del toro de lidia. Porque tenéis que saber, nenes de ciudad, que en el momento que el animal deje de ser negocio, desaparecerá. A lo sumo, quedará algún que otro ejemplar en algún zoológico o en alguna reserva natural vigilado por el grupo de expertos que se dejará la piel para evitar su desaparición. Pensaréis que soy una exagerada, pero el oso pardo y el lince ibérico son un buen ejemplo de lo que el ser humano hace con las especies que le estorban y amenazan. Y es que, por mucho que queramos tapar el sol con un dedo y presumamos de nuestra racionalidad, los humanos somos depredadores y nos comportamos como tales siempre.
Conste que no todos los festejos taurinos me gustan y que comparto la opinión de Lorca cuando decía, que a los toros nadie va a divertirse, se va a ver un drama.
Pero no puedo dejar de preguntarme ¿para qué sirve un toro de lidia si no es para algún festejo taurino? En la respuesta a esta pregunta se esconde la supervivencia de este animal tan nuestro.

6 comentarios:

Canichu, el espía del bar dijo...

yo soy de ciudad y ecologista e hice la misma reflexión acerca de que el dueño de los toros es empresario y que si no se le da un poco de cuartel en algunas cosas de la tauromaquia el toro corre peligro de morir... en mataderos, y los campos donde se crian... ser residenciales barriadas. Para poder afrontar el fin de las corridas de toros no habría que atacar a toda la tauromaquia, pues no en toda la tauromaquia el toro muere. Y por cierto, no es lo mismo ser animal para ser comida, que animal para morir por morir. YO seré de ciudad, pero también sé unas cuantas cosas sobre estos temas y eso argumento siempre me ha parecido, con respeto hacia ti porque no pretendo insultar, lo digo en general por cada vez que lo he escuchado en múltiples personas, demagogos. yo soy ecologista, no soy vegetariano, y soy humano, no soy santo, sé como funcionan las cosas en la alimentación.

Alegoria dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Alegoria dijo...

Canichu, el toro de lidia también se come. Pruébalo, te lo recomiendo.El problema es que tarda demasiado tiempo en hacer kilos y si además, lo comparas con lo que tardan otras razas de toros en engordar lo suficicente para el matadero, resulta que en la práctica la cria del toro de lidia para carne es una completa ruina para el ganadero, pues nadie estaría dispuesto a pagar el kilo de carne a precio de oro.
Y sí, llevas razón, se podría eliminar la suerte de matar y dejar que el matarife resuelva el problema lejos de los ojos del público porque no hemos de negar que cierto número de reses han de ser sacrificadas para preservar el equilibrio. Pero puestos a defender al animal, una cosa es segura, el matarife es más certero que ciertos toreros.
De todos modos, te diré que a mí las corridas de toros y los encierros son de los pocos espectáculos taurinos que no me espantan. Son mil veces peores esos en los que un grupo de chavales incitan al animal a tirarse al mar, o cuando le ponen bolas de fuego, o cuando una jauría de sádicos se dedican a atosigarle para matarle con una lanza.
Y ya puestos, diré que hay una ecología mal entendida, pero ese sería tema de otro post.
Y no me ofende cualquier comentario que hagas. Cada quien es libre de pensar lo que quiera.

Canichu, el espía del bar dijo...

El toro de lidia lo he comido, infravaloras a "los de ciudad", nos metes en compartimentos estancos, nos clasificas, y te equivocas, la vida es mucho más compleja. ¿En algún momento he dicho yo que el matarife oculte a los ojos la muerte del toro? No, lo que he dicho es que si el toro no se torea el ganado toril del empresario generará beneficios deshaciendose de él y el único comprador que veo que sería posible serían los mataderos, así que ya ves que no he dicho lo que tú has dicho que he dicho. Creo que la ganadería toril debe mantenerse y eso podría ser posible evitando la muerte del animal en las plazas sin hacer ilegal la tauromaquia al completo. ¿En algún momento he dicho que apoyo los toros de fuego? No, no lo he hecho, también eso lo critico. Hay tauromaquia que no necesita de tanta mierda. Los recortes está bastante bien, incluso si se lograse torear sin matar al toro, que no es necesario picarle, banderillarle y asesinarle, que luego ese toro ya no valdría para volver a ser toreado suelen decir los empresarios toriles... ya pero es que si se le mata tampoco volverá a ser toreado. Así que ya ves, yo apoyo la tauromaquia, pero renovada. Porque, como bien decían por ahí en otro sitio, en España eran muy populares las peleas de gallos hasta hace relativamente poco, y las de perros, hoy día son ilegales, pero había gente que le gustaban, puestos a ello, ¿por qué no volver a legalizarlo? Obviamente no. No debe ser. Tauromaquia sí, pero con nuevas fórmulas, que no hace daño a nadie renovarse. Es bueno para la ecología el mantenimiento de esas ganaderías toriles, porque implica no sólo el toro sino también los campos. Es un tema en el que en realidad coincidimos bastante, sólo que tal vez te has inquistado en la idea de que te llevaba la contraria, cosa que no es así.

Alegoria dijo...

Canichu, no infravaloro a los de ciudad. Simplemete, constato un hecho cierto. La relación entre los hombres y los animales es diferente. No digo que sea ni buena ni mala. En el caso de la gente de campo, la relación va marcada por una implicación emocional directa y por el pracmatismo. También es cierto, que mucha gente de ciudad es consciente de que los filetes no se crian en el supermercado de turno.
A mí no me molestaría que se haga una reforma en la lidia de un toro. De hecho, la suerte de varas no me gusta. Y cuando hablo del matarife, me refiero al jifero y nunca al matador. Son personajes distintos en la trama, ubicados en lugares distintos.
Y te vuelvo a repetir, que criar un toro de lidia exclusivamente para consumo humano, sale carísimo. Hay otras razas de vacuno que hacen kilos en menos tiempo (y cuando aludo al tiempo, estamos hablando de años) y reportan un mator beneficio económico. ¡¿Qué le vamos a hacer?! Lamentablemente, al final todo es cuestión de dinero.
Pero lo realmente bueno, sería encontrar un termino medio a la cuestión. Implicaría sacrifios por ambas posturas. La cuestión es si serán capaces de ponerse de acuerdo.

amigo de TataLili dijo...

Fuera a parte de que los terneros casi lechales estan muy ricos,tambien podrian servir, creo que en lo que habria que centrarse es el grado de sufrimiento del animal en el momento del sacrificio y estamos aqui para crecer y alimentarnos, no para hacer sufrir a los demas, ni siquiera a los animales.