Hora de la comida. A la mesa, toda la familia en pleno. El tema, las vacaciones del INSERSO. El caso es que mis hermanos y yo tratábamos infructuosamente, de convencer a mis padres de solicitar un viaje. Mi madre no ofrecía resistencia, pero mi señor padre se resistía tercamente argumentando mil cosas. La principal, era que él no es ningún carcamal de eso que van a esos tours. Luego estaba el asunto de las actividades a las que dedicarse. Todas cosas de momias.
El caso es que tras pensamientos y sus correspondientes réplicas, mi progenitor soltó su argumento final: él no viaja en autobús. Según su teoría, ahora es cuando los autobuses cargados de jubilados comienzan a tener lo que él considera, extraños accidentes. Accidentes que responden al único y maquiavélico propósito gubernamental de reducir las prestaciones sociales a la tercera edad.
¿Ficción o realidad? Desde luego da para una película de terror.
1 comentario:
ke cosas tienen los mayores, desde luego, dentro de su cabeza no se aburren!!!
gracias por tu visita!
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