Y es que esto de ser atracada al amparo de la ley, yo no acabo de llevarlo bien. Así que, cuando esta semana saltó la noticia de que los borradores de la declaración de la renta hechos por la propia Administración, estaban plagado de errores, sentí crecer en mí los instintos sádico de un asesino en serie. De cabeza me fui a telefonear a mi gestor, a quien días antes había enviado el borrador que la Agencia me había enviado.
El asunto es que mi gestor calmó mis temores y me contó, que el asunto andaría a la par que el borrador. Parece que la mayor parte de los errores, residen en la deducción por la compra de vivienda. Resulta que hace un par de añitos, el señor zapatero y su genial equipo de gobierno, decidieron que en vez de deducir un 20% por la susodicha compra de vivienda, era mejor que la deducción se redujese a un 15%. Eso sí, a cambio nos proporcionaron un magnífico Ministerio de la Vivienda, encabezado por esa ministra, aún más genial que el propio ministerio, que abanderó las viviendas para gnomos de 30m2. Al fin y al cabo, su despacho debía medir poco más y a ella le bastaba. En resumen, lo que se llamaba preocupación porque los jóvenes españoles tengamos la posibilidad de comprar una vivienda. Ja, ja, ja. El resultado de todo esto, es que cada día me repele más la política. ¿Para qué negarlo? Soy una cínica.
1 comentario:
A mi me toca hacerla la semana que viene así que NO ME PONGAS NERVIOSA!
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