Soy una mala sobrina. Al menos eso cree la Tía Pili tras nuestra visita a su pitonisa particular. Y es que la cosa no fue demasiado bien. En resumen y para no agobiar con una explicación larga, la visionaria del futuro le dijo a mi tía, que mis intereses por encontrar el amor y sentar la cabeza, eran equivalentes a mis deseos de caer a la bahía en medio de una galerna.
Desde entonces, Tía Pili ha decidido aplicarme la "Ley del Silencio" (A ver si así entro en razón). Lo que no sabe, es que me siento como si me hubiese tocado la lotería.
2 comentarios:
Jajaja!! Por que será que la parentela se obsesiona cuando eres la última sobrina sin casar, desan a toda costa que seas tan infeliz como ellas, o entonces sus vidas dejaran de tener sentido...bueno, por lo menos descansarás un rato de las buenas intenciones de la tía Pili...
suerte tienes de haber silenciado a la tia pili si no te agradaba tanto... Piensa que en el otro lado de la ruleta a los tios que nunca hemos tenido pareja formal reconocida (vamos ni no reconocida) en las celebraciones familaires se rumorea malintencionadamente de nosotros... ains, si supieran como se aprovecha la soltería.
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